Sabes, Tanja? La Tanja que yo recuerdo y llevo en mi corazón es muy distinta y, a la vez, muy similar a la que encuentro reflejada en esta página de amor y cariño. Como bien sabes, la Tanja que llevo conmigo es una Tanja niña, si bien ya dejaba ver la gran mujer en la que te convertirías.
Como todos dicen, eras alegre, positiva, divertida, cariñosa y, sobre todo, inteligente. Exigente contigo misma y consciente de que eras capaz de dar lo mejor de ti siempre.
Pero lo que no saben, y este es el privilegio y el honor que yo guardo por haber compartido la infancia contigo, es que, además, eras una niña generosa, inquieta, de sonrisa enorme, deseosa de vivir y explorar la vida al máximo, que odiaba sus pecas y se reía como loca cada vez que yo me montaba en un caballo.
Te acuerdas de nuestros veranos en Escocia? Y de las tardes en las que jugábamos a detectives en mi casa? Y de nuestras clases de piano? Y de Pepelico y Pepelica? Y de la primera vez que te fui a ver bailar con el traje rosa y blanco que te había hecho tu madre?
Sé que te acuerdas porque lo estuvimos recordando la última vez que te ví en Madrid. Cómo nos reimos!!! Parecía que los años no habían pasado y que habíamos estado juntas siempre. Fue mágico.
Tanja, hace muchos años se me rompió el corazón cuando te marchaste a Inglaterra pero se curó porque tú eras feliz y hacías lo que más amabas. Ahora, no sólo es el mío; son muchos los corazones que se han roto y que jamás podrán sanar pues el hueco que nos dejas no podrá llenarse hasta que nos volvamos a encontrar.
Tanja, contigo se va mi infancia, pero has de saber que la tuya yo la guardo.
Estés donde estés, sigue bailando. Sigue bailando y riendo porque así cuando te vuelva a encontrar podré decir: ‘Sigue siendo mi Tanja”.
Wednesday, 5 September 2007
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